Cepillo tubular
Descripción
Los cepillos tubulares están compuestos de cerdas de pieles de nylon, animales o sintéticas de varios diámetros. Están alineados contra una manija de alambre robusta con un extremo con bucles para colgar. El alambre es metálico y puede estar hecho de aluminio, bronce, berilio, cobre o latón. Están diseñados para ser resistentes a ácidos y otros productos químicos corrosivos.
Vienen en diferentes tamaños, que varían de 10 mm a 2.000 mm de longitud y 3 mm a 200 mm de diámetro.
Tipos de puntas de los cepillos tubulares
Radial: la punta redondeada de tufo permite un borde de cepillo curvado, protegiendo el vidrio contra el contacto con el mango de alambre metálico retorcido.
Radial del vástago de alambre de acero: al igual que los cepillos de punta radial, pero más duradera y eficiente en la limpieza de cristalería.
Ligada: las cerdas se atan juntas en la punta para facilitar la limpieza de los tubos y botellas con aperturas estrechas, capaces de expandirse en la parte inferior del tubo sin arañar la superficie.
Esponja: la punta suave permite la expansión y absorción del líquido, lo que resulta en una limpieza más completa del tubo y la protección contra arañazos.
¿Para qué se utilizan los cepillos tubulares?
La función principal de la escobilla de laboratorio es el lavado y aseo interno de los diferentes instrumentos de laboratorio, tanto tubos de ensayo como probetas.
¿Cómo utilizar las escobillas?
Para lavar correctamente se debe hacer con agua y detergente (preferiblemente no iónico) y posteriormente enjuagar con agua común al menos tres veces. Para concluir se enjuagará un poco con agua destilada.
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