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Termómetro de laboratorio

Termómetro de laboratorio

Descripción

Un termómetro es una herramienta que está conformada por un tubo largo de vidrio con un bulbo en uno de sus extremos. En el exterior, tiene escrito las temperaturas que puede medir.

Los termómetros incluidos en este equipamiento pueden medir temperaturas que van desde los -10°C hasta los 200°C.

El líquido que se dilata dentro del cuerpo del termómetro es alcohol que está teñido de rojo para facilitar la observación de la marca.

Estos termómetros no mantienen la máxima temperatura alcanzada como los termómetros clínicos. Por el contrario, la marca del termómetro varía cuando se lo cambia de ambiente. Así, puede aumentar si se lo coloca en un ambiente a mayor temperatura, o disminuir si la temperatura es menor.

¿Para qué se utiliza el termómetro de laboratorio?

Es un instrumento utilizado para medir la temperatura con un alto nivel de exactitud. Puede ser parcial o totalmente inmerso en la sustancia que se está midiendo. 

Está fabricado para calcular tanto temperaturas bajas como altas.

¿Cómo utilizar el termómetro de laboratorio?

Para líquidos que estén en ebullición, el termómetro deberá introducirse sin que esté en contacto con la paredes del recipiente y a una profundidad que sea la mitad de la altura de la solución.

En el momento del uso del termómetro se debe tener en cuenta:

  • Para medir la temperatura de un material, se debe mantener el bulbo dentro de este mientras se realiza la medición. Si se lo retira, inmediatamente la temperatura comienza a modificarse de acuerdo a la temperatura ambiente.
  • Por esa misma razón el bulbo no debe estar en contacto con las paredes del recipiente que contiene al material ya que en ese caso la marca del termómetro puede estar afectada por la temperatura de la pared que este en contacto. En caso que se esté calentando un material, las paredes y en especial la base del recipiente tienen mucha mayor temperatura que el material contenido.

Precauciones

Puede pensarse que un termómetro no necesita ningún tipo de mantenimiento, ya que este funciona con el cambio de temperatura. No obstante, al igual que muchos otros instrumentos de medición, el termómetro debe ser calibrado para evitar errores en su funcionamiento.

Existen algunos termómetros que sirven para calibrar. En ocasiones, la calibración puede hacerse en casa pero, de no ser posible, es necesario dirigirse con un experto.

A su vez, deberá estar limpio para introducirlo en el líquido o la solución cuya temperatura se quiere encontrar.