El matraz de laboratorio es un recipiente de forma cilíndrica o cónica, hecho a base de vidrio, cristal o plástico, terminado en un tubo estrecho o prolongado que sirve principalmente para contener un determinado líquido sin el riesgo de que se pueda verter.

La mayoría de estos instrumentos no están hechos para realizar mediciones precisas, ya que su exactitud deja mucho que desear.

Los tamaños se diferencian porque se especifican por el volumen que pueden contener, típicamente en unidades métricas como mililitros o litros.

Los matraces se pueden utilizar para hacer soluciones o para contener, recolectar, o a veces medir aproximadamente productos químicos, muestras o soluciones. También sirven para realizar las reacciones químicas u otros procesos tales como mezclar, calentar, enfriar, disolver.